En este apartado de Preguntas y Respuestas hemos reunido las consultas más habituales que recibimos en el despacho, con respuestas claras y directas para ayudarle desde el primer momento.
La Propiedad Horizontal es el régimen que regula los edificios o conjuntos de viviendas donde coexisten distintas propiedades individuales (pisos o locales) y elementos comunes (portales, escaleras, ascensores, etc.). Se establecen derechos y obligaciones de los propietarios sobre sus inmuebles y sobre las zonas comunes.
En general, cada propietario contribuye a los gastos comunes (mantenimiento, limpieza, luz, agua de zonas comunes, seguros, reparaciones, etc.) en proporción a su cuota de participación, la cual suele venir establecida en la escritura o en los estatutos de la comunidad.
Las derramas son pagos extraordinarios que la comunidad exige a los propietarios cuando surge una necesidad no cubierta por el presupuesto anual ordinario (por ejemplo, arreglar la fachada, instalar un ascensor o realizar obras de mejora). Para aprobar una derrama, la Junta de Propietarios debe votar y obtener las mayorías que exige la LPH, dependiendo del tipo de obra.
Sí. Los acuerdos pueden impugnarse judicialmente cuando sean contrarios a la ley o resulten gravemente lesivos para los intereses de la comunidad o del propietario que no tenga legalmente deber de soportarlo. Para ello, es necesario cumplir ciertos requisitos (estar al corriente de pago y haber manifestado oposición en la Junta).
En principio, puedes hacer obras que no afecten a elementos comunes, la estructura o la seguridad del edificio. Si la reforma altera fachadas, vigas, muros de carga u otros elementos comunes, se requiere la aprobación de la comunidad.
La comunidad puede reclamar judicialmente las cuotas impagadas y, de ser necesario, llegar incluso al embargo de la vivienda para saldar la deuda.
Los derechos incluyen el uso y disfrute de tu propiedad y de los servicios comunes, así como el voto en la Junta de Propietarios. Entre las obligaciones se encuentran respetar las instalaciones generales de la comunidad y demás elementos comunes, Mantener en buen estado de conservación su propio piso o local, Consentir en su vivienda o local las reparaciones que exija el servicio del inmueble y permitir en él las servidumbres imprescindibles requeridas para la realización de obras, actuaciones o la creación de servicios comunes, Permitir la entrada en su piso o local para reparaciones comunes (entre otras), pagar la cuota, informar al secretario del domicilio para notificaciones y cambio de titularidad y usar el inmueble con la debida diligencia.
Las zonas comunes son de uso compartido y se deben respetar las normas acordadas por la comunidad. No se puede hacer un uso exclusivo o que impida a los demás vecinos disfrutar de esas zonas, salvo que exista autorización expresa y reglamentaria.
Revisamos su situación concreta y le explicamos de forma clara los derechos y obligaciones que le corresponden en la comunidad de propietarios.
Si necesita impugnar acuerdos, reclamar deudas a vecinos morosos o defenderse ante reclamaciones, nos encargamos de todas las gestiones judiciales y extrajudiciales.
Ajustamos la normativa de la comunidad a lo dispuesto en la LPH y la jurisprudencia más reciente para evitar conflictos futuros.
Antes de llegar a los tribunales, buscamos soluciones amistosas y negociaciones que resuelvan los problemas de convivencia de forma rápida y eficaz.
No somos ajenos a la situación económica de las familias.
Desde el primer momento nuestros clientes cuentan con presupuestos cerrados y por escrito para que conozcan de antemano el coste total de los procedimientos.
Trabajamos por tanto con presupuestos ajustados y en caso necesario podemos acordar facilidades de pago.
Tanto en estos procedimientos como en cualquier otro nuestros clientes cuentan con absoluta garantía de confidencialidad y discreción.
Es importante contar con buenos profesionales en el ámbito del derecho de familia.
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